1º de agosto de 1999.
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS DE PARTIDO;
MEXICANOS:
Hoy empieza una nueva etapa para México. Por primera vez en la historia serán las mexicanas y los mexicanos los que decidan quién será el candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de México. Esto significa algo de lo que estoy plenamente convencido. Significa darle, de una vez por todas, el poder a la gente. Éste es el cambio, el verdadero cambio.
De ahora en adelante, el poder del PRI vendrá de donde nunca debió alejarse; de los priístas que en cada distrito, en cada sección, han trabajado por nuestro partido y, las más de las veces, no han sido reconocidos y han sido olvidados.
Para mí, ha llegado el momento de devolverle el poder que le pertenece a la gente.
De cara a la Nación, con las manos limpias y la frente en alto, afirmo que llego a esta contienda política con una vida de servicio que me avala, con hechos concretos en favor de la gente.
Condeno los financiamientos vergonzantes, que obligan a componendas en lo oscuro y de espaldas a la Nación, para mantener los privilegios de unos cuantos.
Los priístas podemos sentirnos satisfechos de la gran obra realizada por los gobiernos de la Revolución, en los últimos 70 años. Los servicios básicos como la educación, la salud, el agua, la infraestructura, llegan a casi todo el país. Muchos países envidiarían la estabilidad y la paz que México ha vivido.
Pero me duele reconocer que el México con el que soñamos, no es el México en el que vivimos.
Hemos salido de las crisis, pero cada día hay más pobres. Esto no debe seguir así, no se vale, no es justo.
El gobierno debe estar al servicio de la gente y no al servicio de los indicadores macroeconómicos.
Hoy se habla mucho de cambio. La oposición sobre todo habla mucho de cambio. Dicen que hay que cambiar México, dicen que hay que cambiar al gobierno, dicen que hay que cambiar todo.
Pero la pregunta es ¿y para qué? Claro que todos queremos un cambio, ¡Claro que todos queremos un cambio!, pero un cambio para mejorar.
El cambio tiene que ser con responsabilidad, con seriedad, con honestidad, sin saltos al vacío. El cambio tiene que ser, especialmente, un cambio con respeto al ser humano. Un cambio sin engaños y sin miedo.
No estoy de acuerdo con el cambio por el cambio. Con la promesa fácil para engañar al pueblo. Eso es demagogia. Como el pueblo está cansado de sufrir, se le promete el cambio como solución, porque es lo más fácil de aceptar.
Pero no todo está mal en nuestro país. Todos estamos orgullosos de algo en nuestra tierra. Todos nos sentimos orgullosos de ser mexicanos.
Hoy todos enfrentamos un gran reto. Propongo que impulsemos un México sin afrentas, sin revanchismos, sin odios, un México de necesidades satisfechas.
Conozco los problemas del país. Tengo la experiencia y siempre he mantenido la decisión para luchar juntos por un país mejor.
Con toda energía, con toda decisión les digo que no me temblará la mano para combatir la impunidad, el crimen, la corrupción y la delincuencia, para que la gente pueda sentirse más segura.
Tengo el carácter y la experiencia para convertir los anhelos de los mexicanos en resultados y en hechos.
Quiero ser Presidente de México para que, juntos, hagamos un mejor país, para que recuperemos la confianza en nosotros mismos y la esperanza en el futuro de México.
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS: Al Presidente Ernesto Zedillo le reconozco, hoy y siempre, su patriotismo y honestidad. Logró vencer la peor crisis económica que el país ha vivido en este siglo, y es gran democratizador de México. Sin duda, él es el que inició el cambio.
Tengo mis propias ideas sobre los problemas del país y sobre sus soluciones. Estoy dispuesto a hacer los cambios que el país demanda y también a apoyar lo que ha dado buenos resultados.
Promoveré el cambio con rumbo seguro. Mi objetivo es dar a los mexicanos el poder para que tengan una mejor calidad de vida, el poder para que tengan una mejor educación, el poder para que tengan más justicia, un mejor presente para todos y un mejor futuro para nuestros hijos.
Quiero decirles lo que sí traigo y lo que no traigo a esta campaña. No traigo dinero sucio, no traigo manchas en mi pasado, no traigo mentiras ni sensacionalismos. No traigo demagogia.
Lo que sí traigo es una gran pasión para escuchar la voz y tocar las manos de millones de mexicanos. Lo que sí traigo es emoción por nuestro país y por este gran pueblo, al que quiero servir para que alcance su destino de grandeza.
A partir de hoy buscaré el voto de cada uno de ustedes. Haré una campaña cerca del pueblo y con las bases del Partido.
Quiero con mi Partido la más sana cercanía.
Tengo la voluntad política de hacer los cambios que beneficien a la gente. Quiero unir la fuerza de todos los mexicanos, para juntos poder transformar juntos a nuestro país.
El Siglo XXI será el Siglo de México. Lucharemos por una vida mejor para nuestros hijos. Juntos tendremos la fuerza para darle a México un gobierno que ponga el poder al servicio de la gente.
¡Que Viva México! ¡Qué Viva el PRI! ¡Que viva el PRI unido! ¡Que viva el PRI del cambio!
Muchas gracias.
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